Bandana
- entrevosyelcaos
- Nov 27, 2024
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Cuando la conocí, llevaba una bandana y una sonrisa gigante. Pensé que era una mezcla perfecta de hippie y valiente. Nunca había visto a alguien con un hippie aesthetic, pero ahí estaba ella, rompiendo todos mis moldes.
Nos hicimos amigas varios meses después. Yo estaba atravesando el duelo más grande de mi vida, aprendiendo a sobrevivir en un mar de incógnitas: no sabía quién era ni cómo me sentía. Un día, me senté con ella. Con sus rulos siempre peinados y prolijitos, tan ordenados como su forma de ser, hablamos de un centenar de cosas. Es de esas personas con las que el tiempo vuela, porque siempre hay algo nuevo que compartir.
Siempre pensé que mi existencia no le aportaba mucho. Ella es una de esas personas que se desvive por ayudar a los demás, por ser graciosa, simpática, compañera. Yo, en cambio, soy más retraída; nunca se me han dado bien las amistades ni las conversaciones. Pero con ella es diferente. Con ella las palabras me salen naturales, auténticas. Y un día, mi vida cambió cuando me di cuenta de algo: ella también aprendía de mí. Quizás no tanto, quizás no de la misma manera, pero algo sí. Mi existencia había significado algo para ella, y eso me dio un consuelo inmenso. Es como esa deuda invisible que sentimos hacia quienes nos han salvado la vida.
Su familia también me hizo un lugar. Creo que son las personas más divertidas del mundo. Al principio, me dio miedo conocerlos porque siempre me sentí como alguien que no encajaba, ni en lo blanco ni en lo negro. Pero su mamá es aún más carismática y conversadora que ella; de su papá aprendo algo nuevo cada vez que lo veo; y en su hermana encontré una especie de gemela, como si en muchas de sus opiniones pudiera ver mi propio reflejo.
Conocerla fue como si yo supiera hacer mándalas en medio del caos, y ella les hubiera puesto color. Es sentirse querida tal y como soy, es tener una compañera para el café, es que el mundo dé menos miedo.
Yo pocas veces hablo con Dios, el universo o lo que sea… pero por vos, agradecí muchas veces.
Con amor,
Elvira.
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