Donatello 2

Vos,

Es curioso cómo una hoja en blanco puede convertirse en el espejo de todo lo que llevo dentro. Esto no es solo una carta; es un intento desesperado de capturar lo que siento por ti, como si las palabras pudieran contener lo infinito.

Hay días en los que tu risa aparece en mi mente sin avisar, como un rayo de luz que atraviesa una ventana cerrada. Esos momentos me recuerdan que incluso en la monotonía de la vida cotidiana, tú eres la excepción, el detalle que lo transforma todo. Eres como un poema que nunca termina, lleno de matices que descubro cada vez que te escucho hablar o simplemente existes a mi lado.

No sé si alguna vez te lo he dicho, pero admiro tu forma de ser. Esa mezcla de fuerza y ternura, de caos y equilibrio, de simpleza y profundidad. Me fascina cómo logras ser tantas cosas a la vez y aún así nunca perderte. Y lo que es más loco de todo: haces que yo también quiera ser más. Más valiente, más curioso, más humano.

Si tuviera que elegir un instante para quedarme a vivir, sería cualquiera en el que estés. Da igual si estamos hablando, riendo o simplemente compartiendo un silencio cómodo. Lo que importa es que estés tú. Porque contigo el tiempo no pesa; se siente ligero, casi eterno.

Quiero que sepas que no estoy aquí por casualidad ni porque no tenga otro lugar donde estar. Estoy aquí porque no hay un lugar en el mundo que prefiera más que el que habito cuando estoy contigo. Y aunque no siempre sepa cómo demostrarlo, quiero que lo tengas claro: tú eres mi elección, mi norte, mi hogar.

Gracias por ser tanto, por dar tanto, por simplemente existir. Ojalá estas palabras logren quedarse contigo de la misma manera en que tú te quedaste en mi corazón.

Con todo lo que soy,

Donatello