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Update de diario, vlogs, universidad y esas cosas

  • Writer: entrevosyelcaos
    entrevosyelcaos
  • Mar 18
  • 3 min read

Uh, pasó mucho tiempo desde la última vez que hablé con ustedes. Actualización: ¡ahora sí soy YouTuber! 😍 Pueden pasarse por mi canal a chusmearlo:



En otras noticias, ¡comencé el último año de la uni! Todavía no me la creo. Estoy tan contenta y entusiasmada por lo que se viene. En fin, como ustedes leen mi diario y esas cosas, les comparto una reflexión personal que me pidieron para la universidad:


Desde que llegué al Profesorado Universitario en Letras aprendí muchas cosas, en diferentes lugares y momentos. Sin embargo, fueron aprendizajes que me formaron tanto académica como personalmente.


En primera instancia, y creo que también lo más relevante, aprendí que no hay una receta para ser una buena profesora. No obstante, entendí que una persona puede trabajar de profesor y otra puede serlo. Me encanta la lingüística; la noción de “trabajar” y “ser” están tan alejadas como el poema del Mio Cid y la literatura contemporánea. Casualmente, yo siempre quise “ser profe”. Era mi respuesta a todas esas preguntas invasivas que te hacen en el último año de la secundaria, cuando insisten en conocer futuros inciertos que los adolescentes se ven obligados a enfrentar. Siempre vi el trabajo como algo negativo; nunca aspiré a nada material como “deseo que el próximo año gane mucha plata” y, cuando mi profesor de Historia nos aconsejó que trabajemos en lo que más amamos, entendí que tenía que elegir esto. Empezar la universidad fue una liberación personal porque, no tan casualmente, podía ser yo, y yo quería ser profe. Entonces, año tras año, intenté recordar todo lo posible para mi futuro, mi sueño.


Nada es color de rosas. No todas las materias me agradaron o, mejor dicho, aportaron algo a mi formación. No obstante, disfruté conocer personas que son profesores y que me enseñaron tanto de la vida como de la docencia. Tal vez me hubiera gustado algo más de gramática o un poco de literatura italiana, pero, si esas materias no aportaron en lo académico, lo hicieron en la docencia. No creo que un buen profesor solo sepa mucho de un tema; creo que un buen profesor sabe mucho de varios temas y los intenta compartir en todos los aspectos. Somos humanos al final del día, ¿por qué separar la lingüística, la literatura o la docencia de ello? Creo en esa ilusión óptica que llaman un mejor futuro, en esa fe en la humanidad que muchas veces parece perdida o, peor, escondida en libros que no son leídos.


Sí, aprendí de mis profesores y de mis compañeros, mientras nos pasábamos apuntes a las doce de la noche o nos llamábamos llorando, porque una carrera no es un combate y nunca se hace sola. Entre los altos, que saltan con vos cuando aprobás un final, y los bajos, que te atienden el celular cuando tenés miedo de no ser suficiente para una carrera tan grande como esta. También aprendí de mí, de cosas que estaban debajo de la alfombra y que no sabía. Me encanta hablar y generar en los demás la comodidad de compartir sus ideas, de debatir, de pensar juntos, de conocer nuevas cosas. Amo el arte, si es que podemos llamar así a la literatura o a la lingüística: esa chispa que supera lo académico cuando nadie lo ve. ¿Quién más sería sin estos tres años que viví? ¿Quién le dirá a la pequeña Valeria de dieciocho años que acá no solo aprendé sobre libros y oraciones sintácticas?


Podría estar horas hablando del buen trato en casi todas las cátedras que conocí, del buen orden en las materias lingüísticas, del excelente trato en las materias pedagógicas y de las conversaciones increíbles que teníamos en las literaturas. Aprendí a organizarme en tiempos y lecturas, aprendí diferentes perspectivas, aprendí a alimentar mi curiosidad y a animarme a probar cosas nuevas. Al fin y al cabo, aprendí a ser.


Espero que esta llama, esencia, entusiasmo o lo que sea que me da energía dure para siempre. Espero poder aspirar siempre a ser lo que soñé y no quedarme atrapada en un trabajo capitalista que le drene la vida a mi mundo. Espero seguir aprendiendo sobre lo material, las ideas y, especialmente, sobre las personas con las que comparto un espacio.


¡Gracias por tomarse el tiempo de leerme! ¡Prometo no olvidarme de este hermoso blog! Si queres compartir una carta o tenes ganas de leer alguna, ya sabes por dónde pasar ;)


Con amor,

Vale <3

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