Biancuci
- entrevosyelcaos
- Nov 19, 2024
- 4 min read
Chilecito, La Rioja, algún día de algún mes del 2020
Querida Bianca o Biancuci:
Es en estos momentos en dónde uno se da cuenta que las
palabras muchas veces se nos quedan cortas y que estas no pueden amoldarse tan a gusto como uno quisiera. Lo más probable es que ni si quiera sea culpa de las palabras que esto nos pasa, sino que es un problema nuestro no poder, o no saber, amoldarlas a nuestro antojo y que digan todo lo que nos gustaría que digan.
Hoy, el día que escribo esto, no es tu cumpleaños y en verdad tampoco me importa. Este pequeño intento de regalo busca que pueda permanecer para siempre con vos y si algún día lo necesitas por X motivo ahí esté, listo para vos, para que lo uses, quemes, exprimas del modo que tu creas el mejor.
Bianca, ya sabes cómo nos conocimos, conoces una parte de la historia que es demasiado linda. Sabes que hablamos por primera vez de manera fluida gracias a la subjetividad del arte; sabes que nunca tomamos mates juntos; sabes que bailamos dos segundos un cuarteto al costado de una parva de gente que hacía lo mismo; sabes que nos mostramos escritos cuando la música sonaba bien alta. Sabes que caminamos; que esquivamos muchas personas; que nos besamos; que un guardia nos miró al paso, cómplice de la única ocasión donde nos tuvimos tan cerca como tantas otras veces quisimos estar. Sabes también que nos buscamos muchas veces con la mirada y que al final nunca tendremos en claro cuándo fue la última vez que nos cruzamos con los ojos un segundo y apartamos la vista al siguiente. Sabes tantas cosas que recordártelas hará que esta carta solo sirva como una vía de nostalgia y no como el cúmulo de energía que, quiero, te resulte.
No intento ser original con lo que te escribo tal vez porque al hablar con vos me cuesta el doble de trabajo superar las expectativas que creo, nos tenemos mutuamente. Me suena a tragedia que puedas pensar que esta carta es cursi y me muerdo de bronca al saber que lo más probable es que caiga en algo parecido a eso.
No estoy hecho para abrirme, me cuesta y redundo en cosas que no tienen sentido. Mientras escribo esto, en algún día dentro de este año, estoy escuchando Big in Japan, hoy si lo escucho de un modo diferente es gracias a vos. Pensar que, de otro modo, solo me hubiese conformado con el ritmo pegadizo de la canción y pocas cosas más me embriaga el corazón al sentir que haces mella en mí. ¿Cuántas cosas he cambiado por escucharte a vos? ¿Cuántas me quedan cambiar por tomar conciencia gracias a vos?
Conocerte le permite, a aquel que como yo tuvo la suerte de cruzarte, crecer. Me hiciste crecer y no tengo dudas que lo seguirás haciendo no tan solo conmigo sino con todas las personas que tengas alrededor tuyo, emanas un aura de fortaleza y conocimiento que se te pega, te hace dar ganas de creer en tus ideales y pelearlos a muerte.
Tal vez sea solo porque nuestras realidades se presentan tan pero tan diferentes que me hacen tener unas ganas locas de estar allá con vos y compartir la mayor cantidad de tiempo posible y así conocer a fondo tus modos de pensar y tu filosofía de vida.
Por mi parte tengo una existencia demasiado pasiva en varios aspectos, entre nosotros se acumulan una serie de diferencias bastantes importantes, pero ¿no son acaso esas diferencias las que vuelven todo más constructivo y divertido?
Tienes un modo especial de decir las cosas, ganas de cambiar el mundo y mucho, pero mucho, conocimiento. Nadie te va a llevar de las narices a ningún lado. Eres joven y empoderada; no necesitas más cosas que de vos misma para comerte el mundo. Cuantas personas quisieran poder decir eso.
Me encanta todo de vos, ya te lo dije muchas veces desde aquella vez en el encuentro. Sos de esas pequeñas llamitas que me permiten convencerme que hay gente en el mundo que vale la pena, que me incitan a recorrer cada paraje de este planeta para conocer y recopilar esas esperanzas puestas en la humanidad.
Voy a ir a verte cuando pueda. Ganas y tiempo tengo de sobra. No hay nada mejor que la certeza de un lugar mejor donde respirar y, gente como vos, los hacen florecer. Te quiero mucho, tal vez te amo, pero ¿a quién carajos le importa eso? Hoy estoy con vos a más de mil kilómetros, pero también a un solo mensaje, a un vuelo y un bondi de poder juntarme con vos para vivir lo que se nos dé la gana de vivir. Nos estaremos viendo pronto pequeña Bianca o Biancuci.
(Acá iría una firma, pero como es una carta electrónica te la tendrás que imaginar)
……………………………………………
A, un riojano, chileciteño o pueblerino
PD: Haré todo lo posible para que si no te acuerdes de lo que dije que te acordaras te acuerdes… Al menos uno o dos días antes, cuando pueda.
PD2: Te seguiré escribiendo cosas que seguramente me las guarde, pero siempre formarás parte de mis escritos y de mi vida, siempre estaré agradecido por lo que me enseñaste y no lo olvidaré. Cuando en baires te vea, espero darte una carta en papel y escrita a mano (a tu profe de filosofía seguro le gusta más así, pero a vos, no sé, probaré).
Comments