Cartas que nunca mandé (pt.1)

L,

Nunca supe qué querías de mí, pero me gustaba estar con vos. Cada vez que nos juntábamos sentía esa vibra de amabilidad, admiraba cada vez que hablabas de tus metas y tu familia. Ese brillo en los ojos no es solo ambición, es bondad.

Me gustaba tu compañía, sentía que congeniábamos en nuestros estilos de vida y supongo, que me dabas curiosidad. No me cerrabas, todo era muy lento con vos, pero me dabas ternura. Sentía que quería abrazarte y cuando me abrazabas, sentí que podíamos formar algo.

¿Acaso los vínculos entre personas no tratan una curiosidad eterna disfrazada en buenos abrazos?

Todavía no sé qué te pasó o qué no vi yo sobre todo tu interés en mí, aunque no me arrepiento de nada si esperaba (al menos) algo más de vos. Un poco de sinceridad no hubiera venido mal.

Tal vez si puedo suponer qué pasó pero no me atrevo a escribirlo, lo convertiría en cierto y no quiero ser ese tipo de persona. Te pasaron cosas, te dejé de interesar, sea lo que sea…espero que te vaya bien. No, sé que te va a ir bien y, aunque no pueda felicitarte cuando llegues a tu gran logro, voy a seguir feliz por vos.

Uno merece lo que tanto lucha ¿así se decía? Vos sabrás mejor, esas frases son más de tu estilo.

PD: Bueno, no quería decirlo pero lo diré igual: CUÍDATE. No todos quieren ser tus amigos, a muchos les gusta sacar ventaja de vos y a otros les gusta verte sufrir.

Saluda a Uma por mí.

Te mando un abrazo,

D.