El amor desde el infierno
- entrevosyelcaos
- Nov 13, 2024
- 2 min read
Una vez leí: “El amor es de a ratos y muy jodido”, y discerní completamente. El amor no fue de a ratos jamás, porque a vos te amé todos los días, incluso cuando ya no hablamos nunca más. Jodido puede ser, un montón, pero eso no cambia todo lo que te amé ni todo lo que te voy a amar. Porque el amor, al menos el mío por vos, es inquebrantable, está en cada cosa que me recuerda a vos, en cada rincón donde alguna vez compartimos una risa o un silencio. Te escribo por dos motivos. El primero, porque no me gustaría que algún día pienses que nadie te quiere, porque yo te amo desde el primer día. No fue algo de un momento, fue desde el instante en que te miré y supe que eras parte de mi vida para siempre. El segundo, porque últimamente te tengo muy en mente. No sé si es porque el tiempo pasa y me doy cuenta de cuánto extraño esa conexión tan nuestra, o simplemente porque siento la necesidad de recordarte lo importante que sos para mí. Esto no es un ruego para que vuelvas ni un compromiso para que me respondas; es solo un recordatorio de todo lo que aún permanece intacto. “Recordarte que nada ha cambiado, que sigues siendo mi hermano. En mi mesa no falta tu plato. Si se gasta tu suela, sabes de sobra que tienes mi zapato.” Esa fue la primera canción que te mandé. Esas letras dicen mucho más de lo que las palabras alcanzan a expresar, porque siempre sentí que eran para vos. Rawnker, yo nunca te voy a dejar de querer. Aunque en algún momento la vida nos haya hecho tomar caminos distintos, siempre vas a ser esa persona a la que le guardo un espacio, la que llevo en el corazón. Es probable que hayamos sido hostiles e injustos por falta de comunicación. Quizá dijimos cosas que no sentíamos o no escuchamos lo que el otro quería decir. Pero no quiero que pienses nunca que, si un día se te llueve el techo, no me podés llamar. Porque estoy para vos, siempre. Y no te escribo desde el arrepentimiento, sino desde el amor, desde esta certeza que tengo de que pase lo que pase, te quiero en mi vida. Te amo para siempre y voy a estar siempre, sin importar cuántas veces me necesites. La pasamos muy bien. Jamás me arrepiento de haberte conocido, de haber compartido contigo tantas cosas que hoy son parte de mí. Si me arrepiento de algo, es de la forma en la que gestionamos la última conversación, porque creo que parte del amor también es aprender a aceptarnos, con nuestros errores y nuestras limitaciones. El amor es eso: saber que, aunque nos equivoquemos, siempre hay espacio para reconstruirse y seguir adelante. Gracias por haber sido, por ser y por todo lo que todavía sos para mí. “A guerra con vos siempre.” Todavía te cuido de la hostilidad de un mundo que no te merecía.
Con amor,
Elvira
Comments