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Italia

  • Writer: entrevosyelcaos
    entrevosyelcaos
  • Feb 6
  • 3 min read

Escuché una vez que cargamos con las historias que nos trascienden, es decir, llevamos el peso de antepasados que tal vez no conocimos, pero sí sentimos. Creo que mi mamá me dijo algo así: el mar nos atrae porque tus nonnos y bisnonnos vinieron de allí, subieron a un barco y dejaron toda su vida atrás para tener algo mejor. A veces, yo también quiero hacerlo. Dejarlo todo y probar algo nuevo. Pero ¿y si ese “algo mejor” termina siendo peor? Me pregunto si algún antepasado tuvo la misma duda.


Después de 21 años de vida, todavía no puedo descifrar muchas cosas, lo cual, según muchas lenguas, es normal. Todos se pierden en sus 20s. Supongo que por eso sigo sintiendo cómo algo tira de mí cada vez que me acerco al mar o, en su defecto, a un dique. ¿Por qué querría dejar todo atrás y obedecer a esa voz invisible que me llama a cada rato? ¿Por qué gastaría tiempo en aprender otra lengua cuando la mía me espera a ser estudiada? ¿Por qué le tengo tanto rechazo a la ciudad si nací en ella? Un psicólogo podría analizar miles de cosas aquí, me imagino que aún más si es un estudiante de psicología; la curiosidad y el entusiasmo van de la mano.


A lo que quiero llegar, de cierta forma, en este diario (ya no tan) privado es que hay algo en mí que me lleva a Italia. El país de mi familia pasada, el origen de mis orígenes y la lucha que hace por convertirse en mi hogar, contra la hermosa Argentina que me vio crecer.


Un día escuché que en Italia todos los jóvenes abandonan el pueblo y se van a la ciudad. Ese día fruncí el ceño. ¿A la ciudad? Pero si este pueblo es todo lo que uno podría querer… dice la chica que vive en una ciudad argentina que se comporta como un pueblo. Es increíble lo contradictorios que podemos ser.


Los jóvenes están perdidos, dicen. Bueno, tal vez los jóvenes solo queremos que dejen de hablar de nosotros como si fuéramos una masa sumisa al sistema capitalista. Sí, consumimos. Sí, tenemos otras ideologías. Sí, peleamos. Sí, nos falta descifrar muchas cosas de este mundo, pero lo que ya creímos encontrar, no nos lo quiten. Entonces, sí, probablemente me falten muchas cosas que buscar y cuestionar, pero sé otras. Sé qué quiero hoy, quién quiero ser en este presente tan dudoso. Me gusta Italia, la amo al igual que a mi país y, puede ser que me encuentre en un divorcio extraño de nacionalidades y que me falte conocer más la maternidad de Italia, pero estoy dispuesta a hacerlo.


No conozco Italia, al menos no como me gustaría; no obstante, no dudaría en volver. Las pasiones me tensan de la misma manera en que podrían hacerme reír. La comida mima mi alma mientras su arte la destruye con la misma intensidad. Quiero aprender el idioma a la perfección para poder entender mejor, no quiero vivir de traducciones que filtran la realidad que ven mis ojos. Anhelo sentarme en la orilla de su mar, tocar las piedras de la playa y no irme por un buen tiempo. Me gustaría mojar las páginas de Call Me by Your Name en algún río del norte y aprender de la naturaleza por el sur mientras leo neorrealismo italiano, aprendo de Dante y como pasta. Sería un sueño tomarme el tren y simplemente viajar, aprender la tarantela y visitar bares de jazz.


Mi tía me dijo que, una vez que seas inmigrante, siempre lo serás. No deberíamos temerle porque no tendría que regirse por una connotación negativa. Sin embargo, miro a mi alrededor y parece que todos piensan diferente… hasta que les toca marcharse. Me pregunto cuándo aprenderemos a tratar al otro con respeto, sea como sea y venga de donde venga.


Quiero definirme por las cosas que amo. Amo Italia, amo mi familia y abrazo mi pasado.


Con amor,

Vale <3


PD: Si les interesa, les paso mi playlist de música italiana y mi youtuber favorita que enseña este idioma:



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