Primeras veces

Si alguien me hubiera dicho que iba a publicar mi primer blog en internet para que cualquiera lo lea, habría respondido que era imposible. Nunca me gustó exponerme, aunque algunos crean que lo hago. Siempre me resultó fácil discernir entre lo que quiero compartir y lo que no. Entonces, ¿qué hago escribiendo esto ahora? ¿Estoy alucinando?

Pues no, al menos no que yo sepa ¿Uno puede ser consciente de que está alucinando? Queda más lindo decir “delulu”; yo no hago las reglas (bueno, en realidad, sí). Genial, esto se convirtió en un monólogo interno mucho más rápido de lo que pensaba ¿En qué estaba? Ah, sí. El “nunca exponerse”.

Hoy, algunos años después de esa chica tímida que le tenía miedo a los grupos de su edad, estoy escribiendo el primer borrador del primer post de mi primer blog. Muchos “primeros”, lo sé.

Y hablando de “primeras veces”: aunque algunas son irrelevantes (tema para otra ocasión), este año, en lo personal, viví demasiadas primeras experiencias ¿Cómo se las resumo? 

Soy estudiante de Letras, estoy en el profesorado. Vivo en San Luis, esa provincia de Argentina que todos olvidan, aunque nací en Buenos Aires, ciudad que nunca sentí como hogar (eso también es tema aparte). Este año sería mi tercer año en una carrera que amo muchísimo. Rendí mi primer final en febrero y me bocharon por primera vez. Luego lo rendí en abril, y otra vez me fue mal. Estoy haciendo una pasantía de investigación por primera vez, y aunque tiene sus altos y bajos, voy a presentarme en un congreso (también por primera vez). Empecé terapia, algo que nunca había probado y que me está gustando mucho. Me postulé a un concurso de auxiliar para estudiantes avanzados; no gané ni obtuve mención, pero sigue siendo una experiencia nueva. Oficialmente, tengo más del 50% de mi carrera hecha y derecha... bueno, media torcida, pero encaminada. Aprendí a observar, a entender el gran valor de “leer a la audiencia” como me gusta decir.

Volví a hablar con un amigo de la secundaria y retomamos la amistad de antes. Trabajé con una amiga en su emprendimiento, y con esa plata me compré un libro. También vendí uno de los míos y con eso compré dos, una inversión de aquellas. Sigo haciendo algunos canjes con Creativa como el año pasado, pero este año pude trabajar con grandes marcas como Yenny; ese local en San Luis tiene, literalmente, mi corazón. Casi me compro el mismo libro dos veces.

Publiqué un TikTok con mi cara, bailando, tonteando y sonriendo ante la cámara. Parece algo sencillo pero era un gran miedo para mí. Esas frases de “no me importa lo que dicen, voy a publicar lo que quiera” y la irrelevancia de lo “cringe” me está gustando demasiado este año, una de las mejores primeras veces: chau opinión ajena. También descubrí que soy muy feliz cuando sale el sol y estoy cerca de árboles (aunque me siguen dando miedo las arañas y las abejas).

Grabé mi primer video de YouTube y no, no lo pueden ver por el momento. Mantendré eso privado; tal vez lo verán el próximo año, queda en el futuro. Usé una cámara profesional por primera vez; me gustó, aunque prefiero quedarme con la que ya tengo.

Armé por primera vez una fanzine y me enamoré de los colllage. Organicé mi cumpleaños con demasiada anticipación. Seguramente seguiré escuchando muchas canciones por primera vez. Amo descubrir nueva música, así que quizá escriba sobre eso pronto…

En fin, muchas primeras veces y muchas más que están por venir, o tal vez no, ¿quién sabe? Los cambios me siguen dando miedo pero creo que eso está cambiando y si me sigue dando miedo, eso no quita que lo siga intentando. 

Gracias por leerme,

con amor,

Vale :)